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En función de la cantidad de energía que recibimos del Sol, la Tierra se divide en tres zonas climáticas en las que se desarrollan diferentes tipos de climas y de paisajes: cálido (intertropical), templado y frío (polar).
1. Los climas de la Tierra.
1.1. Los climas cálidos.
Se sitúan entre el Trópico de Cáncer y el de Capricornio (entre 0º y 30º de latitud norte y sur) y distinguimos tres tipos de climas:
- Ecuatorial: Se extiende por la cuenca del río Amazonas, la zona de África ecuatorial, Indonesia y las islas de Papúa y Nueva Guinea. Todos estos territorios se sitúan muy cerca del Ecuador. Sus temperaturas son cálidas todo el año, entre 25º y 30ºC, con pocas variaciones entre el verano y el invierno. Sus precipitaciones son abundantes (2.500 mm anuales) a lo largo de todo el año.
- Tropical: Igual que el anterior, cuenta con temperaturas elevadas y precipitaciones abundantes. Pero las lluvias tropicales se distribuyen en dos estaciones: una lluviosa en verano y otra seca en invierno.
- Estepario. Es un clima de transición situado entre los climas cálidos desérticos y los climas templados. Sus precipitaciones son muy escasas (no superan los 250 mm anuales) y su amplitud térmica anual es muy grande.
- Desértico: Se localiza cerca de los trópicos de cada hemisferio. Posee una oscilación térmica muy acusada entre el día y la noche, lo que da lugar a unas temperaturas medias anuales menores que en los climas ecuatoriales y tropicales. Las precipitaciones son muy escasas, inferiores a 250 mm anuales.
1.2. Los climas templados.
- Mediterráneo. Es propio del litoral del mar Mediterráneo, pero también se da en otras zonas costeras muy distantes como la costa oeste de los EEUU, Chile, Sudáfrica y Australia. Su temperatura media anual está entre los 10ºC y los 18ºC, con veranos secos y cálidos e inviernos suaves. Sus precipitaciones son muy irregulares (entre los 400 y 850 mm anuales), alternando largos periodos secos con lluvia intensa.
- Oceánico o atlántico. Se sitúa en las zonas templadas bajo la influencia del mar. Sus temperaturas son suaves durante todo el año (entre los 10ºC y 18ºC de media). Las precipitaciones son abundantes y regulares durante todo el año, por encima de los 1000 mm anuales.
- Continental. Se da en las regiones templadas en el interior de los continentes y sin la influencia del mar. Por tanto su amplitud térmica anual es muy elevada, con inviernos muy fríos (superan los -30ºC) y veranos cálidos. La media anual no supera los 10ºC. Las precipitaciones son escasas, mayores en verano y en forma de nieve en invierno.
1.3. Los climas fríos.
- Polar. Situado en los círculos polares, entre los 60º y 90º de latitud Norte y Sur. Las temperaturas suelen ser inferiores a 0ºC . En invierno son muy frías (por debajo de los -50ºC) y en verano cercanas a los 0ºC. Las precipitaciones son escasas (menos de 250 mm anuales) y en forma de nieve.
- Alta montaña. Se desarrolla en las grandes cordilleras como el Himalaya, los Alpes o los Andes, y en otras zonas que superen los 2.500 metros de altitud. Posee veranos frescos e inviernos muy fríos. Su temperatura es baja durante todo el año y está condicionada por la altitud (por cada 100 m. de ascensión la temperatura desciende 1ºC) y la orientación. Las precipitaciones son abundantes en forma de nieve y también varían según la orientación respecto al viento.
2. Los paisajes del planeta.
El paisaje es la consecuencia visible de las interacciones entre diversos factores (latitud, continentalidad, relieve) y elementos (rasgos físicos, flora y fauna) que se dan en la superficie terrestre. Y según el grado de intervención humana sobre ellos los podemos clasificar en:
- Paisajes naturales o biomas. Son el resultado de múltiples combinaciones entre el relieve, el clima, las aguas, la vegetación y la fauna en una zona concreta, sin intervención humana.
- Paisajes humanizados. Son consecuencia de la intervención humana (nuevas necesidades económicas y gran capacidad tecnológica) que nos convierten en el principal agente creador y transformador del paisaje.
2.1. Paisajes de la zona cálida.
- Ecuatoriales. La vegetación característica de este paisaje es la selva ecuatorial (también llamada jungla en Asia). Son los espacios del planeta con mayor biodiversidad y formados por un denso conjunto vegetal de plantas y árboles que luchan por abrirse paso y conseguir la luz para sobrevivir. La fauna de estos lugares vive principalmente en los árboles: vistosas aves como loros y guacamayos. Además de una gran variedad de insectos, anfibios y reptiles. Y numerosos mamíferos como primates y felinos.
- Tropicales. Se da en las zonas más húmedas y cercanas al ecuador, y en las ribera de los ríos donde se desarrolla el bosque tropical (como la selva pero con árboles más espaciados). La formación vegetal más característica es la sabana. Está formada por hierbas, arbustos y escasez de árboles dispersos en la llanura. Durante la época de lluvias la vegetación es verde y frondosa, pero cuando llega la estación seca el aspecto es reseco y mustio. Hierbas bajas, matorrales y árboles adaptados como la acacia o el baobab son los más característicos. La fauna de estos lugares está compuesta por grandes herbívoros como elefantes, jirafas, ñus o gacelas. También de grandes carnívoros como leopardos, leones y carroñeros como hienas y buitres.
- Desérticos. Su paisaje está formado por valles de guijarros, zonas pedregosas o dunas. Posee una escasa vegetación adaptada a la falta de agua y las altas temperaturas como los cactos y las chumberas. La fauna también es muy escasa y adaptada al clima como reptiles, insectos, aves y pequeños mamíferos. Aunque también el camello y el dromedario son utilizados por el hombre en estas zonas.
2.2. Paisajes de la zona templada.
- Mediterráneo. Se localiza, igual que el clima del mismo nombre, en las cuencas costeras del mar Mediterráneo, en la costa de California, en la costa central de Chile, en Sudáfrica y en el sur de Australia. Su vegetación se caracteriza por la presencia de los bosques mediterráneos formados por árboles de hoja perenne como pinos, encinas y alcornoques. Son de porte bajo, tronco leñoso y hojas pequeñas. Por debajo de este bosque abunda un matorral espinoso (jaras, romeros y tomillos) de hoja pequeña que evitan la pérdida de humedad. Están adaptados a las altas temperaturas y la aridez del verano. Su fauna es variada. En las zonas menos boscosas encontramos libres, topos, perdices, codornices, zorros, linces y aves rapaces. Y en las zonas boscosas abundan los herbívoros como la jabalí, el corzo, junto a aves y reptiles.
- Oceánico. Lo encontramos en las zonas templadas con gran influencia del mar. Su paisaje característico es el bosque caducifolio de troncos rectos y altos como los robles, hayas, olmos y castaños. En las zonas donde el bosque se ha degradado más se desarrolla la landa, compuesta por arbustos y matorrales. Y cuando estos desaparecen, surgen grandes superficies cubiertas de hierba (praderas oceánicas). La fauna característica la componen los herbívoros (ciervos y gamos), depredadores (osos, lobos y zorros) y otras especies de roedores y reptiles.
- Continental. Se desarrolla en el interior de los continentes sin influencia del mar con climas más extremos. Por ello, sus formaciones vegetales, especies animales y paisajes varían en función de la latitud. En las zonas más al norte encontramos el bosque boreal o taiga, compuesto por árboles de hoja perenne con forma de aguja (coníferas) que pueden resistir las bajas temperaturas del invierno (pinos y abetos). Y su fauna la componen herbívoros como el alce, el reno, el ciervo o el jabalí, roedores como las ardillas y el castor; y depredadores como el oso y el lobo. Más al sur se desarrollan las praderas continentales que se caracterizan por sus amplias llanuras cubiertas de hierbas altas. Cuando están cerca de de regiones desérticas aparece la estepa con arbustos y hierbas bajas. La fauna de estos lugares está formada por grandes herbívoros (bisontes y caballos) y roedores.
2.3. Paisajes de la zona fría.
- Polar. Debemos recordar que en los dos círculos polares, debido a la inclinación del eje de la Tierra, hay seis meses continuos de día y seis meses continuos de noche. En consecuencia se desarrollan dos tipos de paisaje. La tundra que surge tras el deshielo y que está formada por musgos, líquenes y otra vegetación de pequeño tamaño. La parte más profunda del suelo permanece helada todo el año lo que impide el crecimiento de plantas con grandes raíces. El otro paisaje es el de los hielos perpetuos, donde no crece vegetación debido al hielo de la superficie. La fauna de ambos medios es escasa y adaptada a las gélidas temperaturas. En la Antártida encontramos varias especie de pingüinos, leones y elefantes marinos. En al ártico, viven diversas especies de aves, focas, morsas, zorros y osos polares.
- Alta montaña. Se desarrolla en las grandes cordilleras del planeta a partir de los 2.500 metros de altitud. Se caracteriza por formaciones vegetales que varían con la altura (pisos bioclimáticos) y que generan un escalonamiento de las especies vegetales. La fauna existente se adapta a las duras condiciones de temperatura y altitud, siendo las aves las más características.
3. Los climas y espacios naturales de Europa y España.
3.1. Europa.
La mayor parte del continente europeo se localiza en la zona templada del planeta, entre los 35º y los 60º de latitud norte. Predominan los climas templados, excepto en la zona más al norte que se encuentra dentro del círculo polar ártico y con un clima de estas características. También encontramos paisajes naturales de alta montaña en grandes cordilleras como los Pirineos, Alpes, Bacanes, Cáucaso o los Montes Escandinavos. La influencia del océano Atlántico y del mar Mediterráneo suaviza las temperaturas y provoca lluvias abundantes. Las tierras llanas del centro y del norte favorecen la entrada de aire húmedo del océano y por tanto de lluvias. Mientras que en el sur, las cordilleras montañosas aíslan el interior del efecto atemperante del mar. Con todo, distinguimos hasta cinco tipos de paisajes distintos:
- Paisaje mediterráneo (7). Se desarrolla por la costa del mediterráneo y en la fachada atlántica de la P. Ibérica. El paisaje característico es el bosque mediterráneo compuesto por especies de hoja perenne (encina o el alcornoque) y especies arbustivas (romero, tomillo, retama, brezo, lentisco). La fauna es variada (liebres, concejos, pequeños carnívoros, aves e insectos).
- Paisaje oceánico o atlántico (3) se caracteriza por bosques de hoja caduca que pierden sus hojas en otoño e invierno (robles, hayas, castaños, etc.) y landas. En cuanto a la fauna, abundan los mamíferos, las aves, los insectos, etc.
- Paisaje continental. Formado por bosques de coníferas o taiga (2) muy espesos y oscuros con árboles de hoja perenne (pinos y abetos). Los inviernos son duros y los animales emigran a latitudes más templadas. La explotación forestal es una de las principales actividades económicas. En latitudes más bajas encontramos un bosque mixto (4) de coníferas y árboles de hoja caduca (robles, hayas y castaños). Y en la zona central de Europa y de la P. Ibérica la vegetación que predomina es la estepa (9) (amplias extensiones de plantas herbáceas) que alimentan a bisontes, caballos y numerosas aves.
- Paisaje de alta montaña (5). Se desarrolla en las grandes cordilleras indicadas arriba. Albergan un paisaje escalonado en altura que va desde las zonas de cultivo en las partes más bajas, a los bosques caducifolios, las coníferas, las praderas alpinas y las nieves perpetuas en los pisos superiores.
- Paisaje polar (1). Se localiza en las zonas mas al norte de Europa (Islandia, norte de la región escandinava y archipiélagos al norte de Rusia). El paisaje está cubierto de nieve la mayor parte del año, y cuando llega el verano y desapareen los hielos aparece la tundra (arbustos, líquenes y musgos).
3.2. España.
Nuestro país está situado en la Península Ibérica en el suroeste del continente europeo. Los climas que se desarrollan en la P. Ibérica están condicionados por:
- Las cuatro estaciones provocadas por su situación en la zona templada.
- Su situación en la fachada oeste de Europa que le permite recibir la influencia del O. Atlántico y el mar Mediterráneo, y del continente europeo y africano.
- La forma maciza de la Península y la disposición de las cadenas montañosas, impiden la influencia marina en el interior peninsular.
- Los vientos del oeste y las borrascas del Atlántico provocan las lluvias.
- El anticiclón situado sobre las islas Azores, es el responsable de la ausencia de lluvia durante el verano
Todo esto permite diferenciar hasta seis variedades climáticas distintas:
- Oceánico o atlántico. Se encuentra en la franja cantábrica y parte occidental de los Pirineos. Sus temperaturas son frescas en verano y suaves en invierno. Su cercanía al mar suaviza sus temperaturas. Sus precipitaciones son frecuentes y abundantes durante todo el año, con una pequeña disminución en el verano. Respecto a la vegetación, no existen grandes extensiones de prados naturales. Los bosques son densos, con especies como los robles y los castaños.
- Continental. Se localiza en casi todo el territorio del interior: las dos mesetas, depresión del Ebro, interior de Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, y nordeste de Andalucía y Extremadura. Su temperatura posee una gran amplitud térmica, con mucho calor en verano y mucho frío en invierno. Las precipitaciones son escasas y muy concentradas en primavera y otoño. En consecuencia la vegetación es abundante, predominando los bosques de encinas, pinos y sabinas. Abunda el matorral y las plantas aromáticas como el tomillo y el espliego.
- Mediterráneo. Se localiza en las costas mediterráneas, Baleares, el interior de la región de Murcia, Almería y Granada, y el resto de Andalucía. Las temperaturas suelen ser altas en verano y suaves en invierno. El mar ejerce una acción termoreguladora que impide que la amplitud térmica sea alta. Las precipitaciones son escasas, principalmente en verano. En primavera y otoño suele llover de forma torrencial lo que puede provocar inundaciones. Su vegetación está formada por bosques de pinares. También abundan las plantas aromáticas como el tomillo y el romero, la garriga y la maquia.
- De montaña. Se ubica en las montañas y cordilleras por encima de los 1.200 metros. Se desarrolla más en la zona del Pirineo, Sierra Nevada, algunas áreas de la cordillera Cantábrica y puntos del Sistema Central. Las temperaturas son suaves en verano y muy bajas en invierno. Las precipitaciones son abundantes y en invierno lo hacen en forma de nieve. La vegetación está condicionada por la altura. En la parte baja de las montañas se encuentran las encinas, las hayas y los pinos. En las zonas más altas aparecen los pastos y matorrales.
- Subtropical. Se da exclusivamente en las islas Canarias. Las temperaturas son suaves y templadas durante todo el año. Con muy pocas variaciones. Las precipitaciones son escasas y aumentan con la altitud. La vegetación en las zonas bajas es de matorral, en las medias predominan las sabinas, y en las altas encontramos el tilo y distintas especies de pino y acebo canario.
- Semidesértico. Se localiza en sudeste de la Península, sur de la Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Almería y Granada, y en el desierto de los Monegros (Aragón). Las temperaturas son altas o muy altas en verano y suaves en invierno. Las precipitaciones son casi inexistentes. Y la vegetación es la propia de las zonas desérticas como el palmito, la pita y el esparto.
4. El impacto humano sobre el paisaje.
4.1. Los recursos naturales.
Los recursos naturales son elementos de la naturaleza que el hombre utiliza para asegurar su subsistencia, su bienestar o para obtener beneficio económico. Los podemos clasificar en función de su origen como biológicos, cuando proceden de organizamos vivos como las plantas o los animales; o físicos si se obtienen de materiales inorgánicos como las rocas, el petróleo, el gas, la grava, etc. Y en función de su abundancia en la naturaleza pueden ser:
- Renovables. Cuando su consumo se produce a la misma velocidad con la que se pueden generar como el viento, las mareas, la luz solar, o porque se genera por crecimiento natural como los bosques, la pesca, etc.
- No renovables. Cuando tras su consumo no se regenera. Un ejemplo son los minerales, el petróleo, los metales, aguas subterráneas, etc.
Los más importantes para el ser humano son el agua y las fuentes de energía. El agua es indispensable para el desarrollo de la vida en los medios naturales. Para el hombre y sus actividades económicas es fundamental. Aunque pueda parecer abundante y libre para todos, su distribución desigual en el espacio y en el tiempo lo convierten en un recurso limitado. Es básica para la agricultura, la ganadería, la industria, la pesca o el turismo. Su contaminación es un problema creciente debido principalmente a los vertidos urbanos e industriales.
Las fuentes de energía son aquellas que proceden de la naturaleza y generan calor o fuerza motriz y transforman o movilizan los recursos. Nuestra economía actual necesita de forma masiva estas fuentes de energía. Casi todos los recursos energéticos dependen del sol: bosques, combustibles fósiles, energía solar, eólica, etc. Distinguimos entre las fuentes de energía primarias (las que se obtienen directamente de la naturaleza) y las secundarias (transformadas antes de ser utilizadas como el gas). También las podemos clasificar como renovables (suponen el 10% del consumo mundial) y no renovables como el petróleo, gas, carbón y energía nuclear.
4.2. El impacto humano.
A lo largo de la historia el ser humano ha explotado los recursos naturales sin alterar demasiado el equilibrio del medio. Pero en la actualidad, la explotación abusiva de dichos recursos y la contaminación medioambiental han roto este equilibrio y han puesto en riesgo los medios naturales. Los principales riesgos a los que están expuestos los paisajes del planeta son:
- Deforestación. Consiste en la destrucción de los bosques y paisajes naturales y está provocada principalmente por intereses económicos, el consumo excesivo de madera, la sobreexplotación o las actividades agrícolas intensivas. Todo ello trae como consecuencias la imposibilidad de regenerar el aire que respiramos (las plantas consumen dióxido de carbono y generan oxígeno), la fijación de los suelos para mantener la fertilidad, almacenamiento de agua y la influencia sobre la regulación del clima y de las lluvias.
- Contaminación medioambiental. Es consecuencia de la acción del ser humano sobre el medio. La podemos dividir en:
- Contaminación del aire producida por los gases y humos de industrias, calefacciones, vehículos, etc. Provoca la desaparición de la capa de ozono y el aumento del efecto invernadero.
- Contaminación del agua. Provocado por el vertido de aguas residuales industriales, de viviendas o accidentes petrolíferos.
- Contaminación del suelo. Principalmente se origina por el uso intensivo de abonos químicos y plaguicidas en la agricultura. También debemos tener en cuenta los residuos sólidos que generan las grandes ciudades y que se acumulan en vertederos que contaminan y degradan el paisaje.
- Riesgos nucleares. La producción de este tipo de energía posee una consecuencia negativa y es la posibilidad de accidentes (catástrofes tecnológicas) que pueden provocar fugas radiactivas. Además de los residuos sólidos que hay que acumular durante cientos de años.
- Sobreexplotación de los recursos. Los podemos dividir principalmente en:
- Prácticas agrícolas y ganaderas intensivas que han provocado un empobrecimiento del suelo y la desaparición de grandes masas forestales. Ello ha sido debido principalmente a la ampliación de las tierras de cultivo, los incendios forestales y las talas incontroladas para la obtención de madera. Esto ha aumentado la erosión y ha contribuido al calentamiento global del planeta.
- Mal uso del subsuelo que ha permitido una extracción indiscriminada de minerales y combustibles fósiles (carbón y petróleo) cuyo consumo ha generado una gran contaminación ambiental.
- Agotamiento de los acuíferos debido a la extracción excesiva de agua subterránea para el regadío. Esto ha llevado a la desecación de humedales y la destrucción del hábitat de numerosas especies.
- Extinción de la fauna por la caza y la pesca descontroladas, así como por la destrucción de los ecosistemas donde viven estas especies
4.3. Riesgos naturales y medioambientales.
España.
Los riesgos naturales más importantes a los que está expuesto nuestro país y el que mayor número de víctimas se cobra, son todos los relacionados con el clima: inundaciones, sequías, temporales y tormentas.
Las inundaciones se producen cuando las aguas caídas desbordan el cauce de un río o un arroyo e invaden el terreno. El origen de las inundaciones está en la existencia de lluvias torrenciales o muy fuertes, que al no poder ser absorbidas por el terreno desbordan los cauces. Las principales zonas de riesgo son los valles de los grandes ríos como el Ebro, Guadalquivir o Duero, los ríos mediterráneos, los de la cornisa cantábrica o los del Pirineo.
Las sequías son consecuencia de un largo periodo sin precipitaciones. Este riesgo afecta especialmente a la agricultura, al turismo, o incluso a la población si hay restricciones al consumo. Lo mismo ocurre con las temperaturas extremas como las olas de frío o calor. Los incendios forestales relacionados a veces con la sequía y las temperaturas elevadas del verano.
Otros riesgos son los geológicos. Los podemos dividir en terremotos o erupciones volcánicas y los desplazamientos o hundimientos del terreno.
En la Península el riesgo de sufrir terremotos es bajo, excepto en el sur y sureste (Alicante, Murcia y Granada). Y los riesgos volcánicos, sin ser muy significativos, se localizan en las islas Canarias.
Los riesgos medioambientales más importantes son la contaminación atmosférica (provocados por centrales térmicas y automóviles) que generan gases de efecto invernadero (CO2); la contaminación del agua provocada por vertidos urbanos, industriales y agrícolas; y la erosión del suelo, más intensa en el sur y sureste peninsular.
Comunidad Valenciana.
Los principales riesgos naturales a los que está expuesta nuestra Comunidad Valenciana son los derivados de la intensiva ocupación del territorio y las situaciones naturales extraordinarias. Los más importantes son:
- La sismicidad. La C. Valenciana es uno de los lugares españoles con mayor posibilidad de sufrir terremotos. La situación de contacto entre la placa africana y la euroasiática, hace que el sur de la provincia de Valencia y la casi la totalidad de la de Alicante sean las de mayor riesgo.
- Las inundaciones. Vivimos en una de las zonas españolas de mayor riesgo de sufrirlas. Debido a razones atmosféricas, geográficas y humanas.
- Atmosféricas: La formación de bajas presiones en altura unidas a los vientos cálidos norteafricanos en superficie, pueden provocar fuertes precipitaciones en nuestra Comunidad.
- Geográficas: La formación de nubes facilitada por el aumento de la temperatura de nuestras aguas en verano, unido a la cercanía al continente africano y la influencia de sus bajas presiones, hacen que las nubes descarguen al chocar con los sistemas montañosos costeros valencianos. A esto se le une que el conjunto de nuestros ríos y ramblas atraviesan zonas muy pobladas que ponen en peligro a la población al producirse grandes crecidas en poco tiempo.
- Humanas: Quizá la más peligrosa por el inadecuado asentamiento en el espacio. Con la intensa ocupación de las llanuras aluviales o los cauces secos de los ríos para diferentes usos económicos, se ha multiplicado el riesgo de sufrir riadas.
- La aridez. Está provocada por el aumento de las temperaturas y la escasez de las precipitaciones. Se da principalmente en la mitad sur de la provincia de Alicante y algunas zonas de la plana de Castellón.
- La erosión. Aunque es un fenómeno natural, se ha agravado en nuestras tierras debido a las fuertes pendientes, al abandono de prácticas agrícolas tradicionales, a las lluvias torrenciales y al arrastre provocado por los cursos fluviales. Dando lugar a un paisaje desolador de regueros, surcos y cárcavas.
4.3. La protección del medio natural.
Las medidas de protección del medio natural tienen como principal objetivo minimizar los impactos que la acción del hombre provoca sobre el paisaje, la flora y la fauna. Por ello se protegen territorios que conservan las características del medio natural con alteraciones muy pequeñas.
En España más de una veintena de leyes regulan estas medidas. En 2016 el 27% de la superficie nacional estaba protegida a través de alguna de estas categorías: parques, reservas naturales, áreas marinas protegidas, monumentos naturales y paisajes protegidos. Uno de los principales motivos de esta protección es que acojan la diversidad de los ecosistemas existentes en España, además de fauna y flora concretos.
Existen quince parques nacionales que representan el 0,76% del territorio español, y 151 parques naturales que suponen el 8%. Protegen áreas con valores ecológicos y paisajísticos muy especiales. En el interior de estos espacios solo se permite la visita controlada y están prohibidas aquellas actividades que puedan perturbar su medio natural. La gestión de los espacios naturales corresponde a las comunidades autónomas que además delimitan sus propios parques regionales como los de la C. Valenciana.
Igual que en el resto de España, en la Comunidad Valenciana se ha intensificado la protección de su entorno natural a través de su Red de Espacios Naturales Protegidos.
Su tipología es muy diversa al estar formada por parques naturales, reservas naturales marinas, monumentos naturales, paisajes protegidos, parajes naturales municipales, zonas húmedas, reservas de flora y fauna. Además, cuenta con espacios incluidos en la Red Natura 2000 de la Unión Europea (ZEPAs y LICs) y con humerales en la lista Ramsar.
Esquema de la Unidad
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